jueves, 11 de julio de 2013

A orillas del río Piedra

A orillas del río Piedra me senté y lloré. Cuenta  una leyenda que todo lo que cae en las aguas de este río, las hojas, los insectos, las plumas de las aves, se transforma en las piedras de su lecho. Ah, si pudiera arrancarme el corazón del pecho y tirarlo a la corriente, así no habría dolor, ni nostalgia, ni recuerdos.
A orillas del río Piedra me senté y lloré. El frío del invierno me hacia sentir las lágrimas en el rostro, que se mezclaban con las aguas heladas que pasaban por delante de mí. En algún lugar de este río se junta con otro después con otro, hasta que ... lejos de mis ojos  y de mi corazón...todas esas aguas se confunden con el mar.

Que mis lágrimas corran así bien lejos, para que mi amor nunca sepa que un día lloré por él. Que mis lágrimas corran bien lejos, así olvidare el río Piedra, el monasterio, la iglesia, la bruma, los caminos que recurrimos juntos.


Olvidaré los caminos, las montañas y los campos de mis sueños, sueños que eran mios y que yo no conocía.

-Paulo Coelho-



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